Existe algo mágico en la noche,
el misterio de la luna,
en esa paz que le acompaña lo insondable,
y en las viejas penas que esconde.
Ella al igual que tu mirada,
está llena de secretos,
culpas,
de dolores añejos.
Si la luna me lo permite
rasgaré su velo y la ayudaré a sanar,
a desvelar su sufrimiento,
para que su luz vuelva a brillar.
Si me lo permites tú,
limpiaré tus ojos con mis labios,
llenaré de besos los viejos agravios,
surtiré de amor cada recoveco oscuro de tu vida,
a cambio sólo pediré tu boca ¡Mi boca soñada!
Esa boca,
que a pesar de tanta amargura
imagino dulce y llena de deseo,
ansiosa de nuevos besos,
dispuesta para amar.