No necesito que sea una fecha especial para demostrar, para amarte. Para dedicarte una canción o decirte lo bien que me haces.
No necesito que sea tu cumpleaños para invitarte un café, una cerveza a mitad de la tarde. Para querer platicar contigo y saber más de lo que piensas. Para enviarte un mensaje y preguntarte los planes.
No necesito una excusa para explayarme escribiendo una carta, inspirándome escuchando esa canción que me recuerda a ti y obligando a que las palabras salgan cuando me quede muda. Para decirte que me gustas.
Que cada risa espontánea que sacas de mi me basta, esas locuras al tocarme en el coche, al verte impaciente por comerme, por lanzarte a quitarme la ropa y besarme hasta dejarme los labios rojos de la intensidad con la que lo haces. No necesito un día que en el calendario se muestre importante para agradecerle a la vida por cruzarte en mi camino. Por estar en este planeta y no en marte.
Para cantarte una canción al oído, y decirte "te necesito mi amor... que no se vivir sin ti, que no he aprendido y que es muy probable que nunca aprenderé ".
Los seres humanos tendemos a buscar excusas para dar. Y cuando damos, el inconsciente traiciona y esperamos recibir algo a cambio.
A mi me basta con que estés aquí. Con que me sigas eligiendo...
Con seguir atado a tu camino. Y no porque la vida lo quiera sino porque tú te aferras a que así sea.
Y es probable que me vuelva un meloso o cursi. O que con el tiempo siga perdiéndose el hilo a las fechas sin tener la mínima intención en comprarte un regalo.
Me basta y me sobra con que te sea suficiente lo mucho que me alteras, los días que sigo soñando a tu lado, aprendiendo de tí.
Los días que quiero seguir riendo a tu lado, mirando lo mismo y pensando distinto.
Correr a ti, cuando quiero esconderme de todos. Cuando solo necesito tus brazos para reiniciar y volver a vivir, para volver a confiar en mi.