En los susurros del viento
y el canto del mar,
en cada estrella que brilla sin cesar,
ahí estás tú,
mi dulce abuelita,
con tu sonrisa eterna,
tan infinita.
Tus manos arrugadas,
historia y amor,
nos dieron fuerza,
nos dieron valor.
Hoy te veo luchar,
y el corazón duele,
porque tu dolor,
en mi al