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¿Cómo calibrar tu monitor para edición fotográfica?


Desde que llegó la era digital al ámbito de la fotografía, el monitor del ordenador se ha vuelto una de las piezas fundamentales a la hora de procesar nuestro trabajo fotográfico. Ya sea para visualizar, editar y hasta compartir nuestras fotografías, el paso por un ordenador es casi obligatorio.

Más allá de todos los beneficios que esta nueva herramienta trajo aparejados, para que poder sacarle el máximo provecho a nuestro ordenador, habrá que tomarse el trabajo de configurarlo correctamente y poder así, obtener los mejores resultados. En este apartado analizaremos: Razones para calibrar los monitores. Principales causas del problema. Opciones de calibración. Compendio de pruebas. ¿PORQUE DEBEMOS DE CALIBRAR NUESTRO MONITOR? A más de uno seguramente nos ha pasado que luego de pasar muchas horas editando nuestras fotografías, cuando llevamos las mismas a otro ordenador o peor aún, después de recogerlas por el servicio de revelado, los resultados que observamos no se parecen ni un poco a aquellos que habíamos logrado en nuestro monitor originalmente y a los que tanto tiempo y esfuerzo les habíamos dedicado. El monitor es uno de los componentes del proceso más inestables y es uno de los principales responsables de que los resultados que obtenemos sean más variables de los que nos gustaría.Es por esto que para lograr los mejores resultados posibles, debemos tomarnos nuestro tiempo y calibrar nuestro monitor si es que no queremos llevarnos una desagradable sorpresa al momento de enseñarlas, compartirlas o imprimirlas.

PRINCIPALES CAUSAS DEL PROBLEMA.

  • La cantidad de luz del ambiente donde estemos trabajando.

  • La calidad y el tipo de monitor que estemos utilizando (CRT, LCD, LED).

  • Las marcas y la calibración de colores de cada una de estas.

  • El tiempo que el monitor lleva continuamente encendido sin descanso.

  • La antigüedad del mismo.

Para el caso de las impresiones, es el perfil de color que emplean las máquinas de revelado, el encargado de traducir los 0 y 1 que componen los archivos del ordenador a los colores de nuestras fotografías y el cual deberíamos también calibrar.

Tanto el monitor como su calibración, son aspectos básicos pero fundamentales para que podamos lograr que nuestras fotografías sean visualizadas del mismo modo en dos monitores diferentes. ¿QUE OPCIONES TENEMOS PARA CALIBRAR EL MONITOR? Hay diversos métodos para que podamos encontrarle “el punto dulce” a nuestro monitor, pero podemos diferenciar tres grandes métodos para llevar a cabo dicha tarea, sin que nos den ganas de lanzar nuestro ordenador por la ventana que tengamos más próxima: Mediante Software: Hay una gran variedad de aplicaciones que pueden ayudarnos a realizar esta tarea, sea cual fuere el sistema operativo que estemos utilizando. Los ordenadores con Windows y OS X de Mac traen incorporadas herramientas predeterminadas para ayudarnos a calibrar nuestros monitores, pero si queremos los mejores resultados hay muchas aplicaciones que nos permitirán obtenerlos de manera más profesional, si nos tomamos el tiempo para configurarlas correctamente. Una de ellas es Quick Gamma, una aplicación gratuita y simple que nos ayudará a que no nos salgan canas verdes durante este proceso. Más adelante en el post explicaremos cómo utilizarla. Mediante Hardware: Este tipo de calibración es el más preciso, rápido y el que permite una reproducción de color de verdadera calidad tanto para su procesamiento como para su impresión, pero claro, debemos desembolsar una cantidad de dinero importante para hacernos con uno. Constan de un sensor de color (colorímetro) que mide los colores del monitor, y de un software donde podemos introducir los valores que deseemos para luminancia, punto blanco, brillo, contraste, etc. y éste se encarga de realizar todos los ajustes en el monitor y el ordenador para dejarlos listos para que trabajemos con estos. Algunos de los más utilizados son: Spyder 3 de data color, Huey Pro y Xrite Color Munky. A medida de nuestros ojos: Esto más que un método es una opción que podemos utilizar aquellos fotógrafos que, o bien nos estemos iniciando en el mundo de la fotografía y nos hemos gastado nuestros ahorros en hacernos de una cámara y unos lentes, o bien a aquellos que no les resulte necesario acceder a opciones más avanzadas, precisas pero costosas, para llevar a cabo dicha tarea. Para poder hacerlo no necesitamos más que la percepción de nuestros propios ojos frente al monitor. Consiste en utilizar imágenes como patrones e ir realizando los ajustes necesarios en las configuraciones de pantalla o del monitor para que dichas fotografías se vean correctamente. MANOS A LA OBRA. Ahora que estamos más en claro respecto a qué es y cuáles son las distintas alternativas para realizar la calibración de nuestro monitor, comenzaremos a realizar una serie de sencillas pruebas para evaluar si nuestra pantalla está o no calibrada correctamente para la utilización en fotografía. Recomendaciones: Antes de comenzar con las distintas pruebas que proponemos desde el Blog del Fotógrafo, asegúrate de configurar la temperatura de color del monitor a 6500k. Para poder realizar esto, busca en el menú de configuración que el monitor trae integrado, las configuraciones de color. Encontrarás varias opciones (SRGB, 9300k, 7500k, 6500k, 5400k, User color, etc) según el modelo y la marca pero todas ellas ofrecen la posibilidad de hacerlo.Como te comentaba anteriormente, los colores claros del fondo de la pantalla, la luz exterior que impacta directamente sobre el monitor y hasta la luz del ambiente donde estemos trabajando, confunden a nuestros ojos. Si realizamos las siguientes pruebas directamente desde el navegador, no lograremos un resultado óptimo. Para las siguientes pruebas, lo mejor será descargar las imágenes de calibración (que te facilitaré en un momento) en el ordenador y visualizarlas con algún programa que permita modificar el color del fondo a negro o gris neutro. No te preocupes, al final del post te mencionaré algunos de los más utilizados. Por último, debemos configurar nuestro monitor en la resolución nativa, es decir, en la resolución y la frecuencia de actualización de la pantalla en donde el fabricante nos garantiza los mejores resultados. Cada monitor es distinto pero a modo de ejemplo te dejo el siguiente ejemplo: Resolución 1440 x 900 y frecuencia de actualización 75 Hercios. Dicha configuración podremos encontrarla en las propiedades de pantalla del sistema operativo que estemos utilizando. 1. Prueba de contraste: En la siguiente imagen, veremos una serie de barras que van aumentando su intensidad de acuerdo a los colores RGB y a una escala de grises. Si nuestro monitor está bien calibrado en cuanto a contraste, podremos diferenciar cada uno de los niveles en cada uno de los colores. Todos los niveles deben ser diferentes el uno del otro. En un monitor que no esté calibrado correctamente no podremos percibir diferencia alguna tanto entre los primeros valores de la escala, como tampoco en los últimos.

2. Prueba de Negros: en la siguiente imagen solo podremos apreciar los 10 niveles de negros si nuestro monitor está correctamente calibrado. Idealmente todos deben ser diferentes y de no ser así, deberíamos modificar los niveles de contraste, brillo y de gamma para optimizar los negros de nuestro monitor. Si realizamos los ajustes en distinto orden al propuesto debemos tener cuidado de no des configurar un ajuste anterior mientras realizamos una calibración posterior.

3. Calibración Gamma: el gamma define la luminiscencia de la pantalla, es decir, la cantidad de luz que emite nuestro monitor. Los monitores deberían trabajar bajo un estándar RGB, es decir, con un valor de gamma de alrededor de 2.2, pero como vimos anteriormente son muchos los factores que pueden hacer que nuestras pantallas no estén calibradas como deberían. Este paso es fundamental ya que la calibración de gamma es una de las variables más importantes a la hora de trabajar con nuestras fotografías, por lo que dichos valores deben ser los correctos si es que queremos lograr los mejores resultados. Para poder realizar esta prueba utilizaremos un software gratuito que nos permitirá a aquellas personas que no contamos con la posibilidad de ajustar los valores para cada uno de los colores RGB desde el mismo monitor, hacerlo mediante este software. (Descargar Quick Gamma) Una vez instalado el software, en su pantalla principal seleccionaremos la opción Gamma que se encuentra en el menú superior del mismo. Aquí procederemos a ajustar uno por uno, los niveles de rojo, verde y azul para dejar nuestro monitor perfectamente calibrado.

Si la calibración es correcta, al mirar la siguiente imagen con los ojos entre abiertos, no deberíamos notar diferencias de color entre los semicírculos. Si alguna de las mitades fuera más oscura o clara que la otra, deberemos ajustar en más o en menos cada uno de los colores hasta que los 3 se puedan observar, recordemos con los ojos entre cerrados, sin diferencias.

4. Prueba de Nitidez: actualmente la mayoría de los monitores LCD y LED que se comercializan en las tiendas tienen integrado un control de nitidez que nos permitirá ajustar este parámetro con mayor facilidad. Si la configuración de nitidez es correcta, al mirar la siguiente imagen alejados unos metros del monitor o bien entrecerrando los ojos, las líneas del fondo y los cubos grises deberían dejar de distinguirse del fondo. Si el ajuste no es correcto, no seremos capaces de ver un gran rectángulo gris y notaremos cada una de las pequeñas líneas del fondo al igual que los cubos grises que lo componen.

Si queremos que los colores de nuestras fotografías puedan ser apreciados por todos tal como lo hacemos nosotros y si no queremos dejar de disfrutar las fotografías de nuestros colegas, no debemos dejar de calibrar nuestros monitores.

En respuesta a la forma en que los contenidos son compartidos actualmente, donde cada vez más los mismos se canalizan a través de imágenes o vídeos, los fabricantes de monitores parece que se han preocupado por hacernos la vida un poco más fácil y comenzaron a incluir las principales variables para calibrar nuestros monitores en el menú de cada pantalla. Podemos calibrar la temperatura de color, los colores RGB, gamma, nitidez, contraste etc, con solo buscar dichas opciones en el menú del monitor.

OTROS CONSEJOS. Utilizar fondos negros o gris neutros evitará que pierdas percepción en la foto de su amplitud tonal total ya que el ojo no reacciona de igual manera ante un fondo claro o uno oscuro al ver una fotografía, pero si utilizamos un fondo oscuro, les facilitaremos la tarea. Si tu software de visualización de fotografías e imágenes no permite cambiar el fondo de visualización, puedes probar cualquiera de estos programas gratuitos que sí permiten modificar el fondo: Infranview y Fast Stone Image viewer. En lo posible, evitar que la luz impacte directamente sobre la pantalla ya que esto distorsionará los resultados que obtengamos mientras calibramos nuestro monitor, sea cual fuera el método que estemos utilizando. Si trabajamos con ordenadores portátiles, la tarea de calibración se tornará un poco más complicada ya que no es lo mismo trabajar en una plaza a plena luz del día que en un cuarto oscuro. Cada entorno necesitará una calibración a medida. No sólo el monitor va perdiendo rendimiento a medida que permanece encendido mayor tiempo, también nuestros ojos se fatigan y pierden sensibilidad y acostumbran a los cambios de color. Es recomendable que cada 30 minutos, nos levantemos de la silla y tomemos un descanso. Mirar un rato al exterior enfocando nuestros ojos a un punto alejado relajará los músculos de la vista.

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